Inmensidad,
plácido silencio...
Burbujas blancas
cosquillean
ásperos acantilados
que aguas bravas
y vientos impetuosos
modelan sin piedad.
Solitario e imponente
entre vaporosas olas
un enmohecido viejo faro
guía de navegantes
refugio de náufragos.
En el horizonte se delinean
las luces rojizas del ocaso
y el sol se hunde complacido
entre destellos brillantes
hasta desvanecer.
Un manto de estrellas
colorean el lánguido cielo
y la luna, reina del cielo
esparce su luz reflejada
sobre las oscuras tinieblas
de la noche.
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