En el patio están los niños
muy inquietos y traviesos,
apartada está una niña
bajo un árbol encantado.
Mira el claro azul del cielo
bordado de blancas nubes
abstraída y muy contenta
en ese mundo de ensueños.
Es domingo y frente al mar
pasea feliz junto a su madre
un helado en su mano
y una sonrisa en sus labios.
Unas zapatillas azules
en sus pies calzan perfectas,
con su vestido de tules
se siente una princesa.
Mira al cielo y una gaviota
la saluda con sus alas...
Todo esto ella soñaba
ser una niña muy amada.
Un silbido, de repente
la aparta del ensueño
un manto gris cubre su alma
su mirada se entristece.
No es domingo y está sola
bajo ese árbol encantado
su refugio, su escondite
en un gélido orfanato.
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