De puntillas, en la oscuridad
con pasos ligeros y furtivos
despliego mis alas doradas
en intrépido vuelo nocturno.
Recorro mares tempestuosos
tierras cálidas y abruptas
anhelando encontrarte
en los jardines del amor.
El dulce despertar
con el canto del gallo
el lucero matutino
alerta mis sentidos...
Un torbellino inclemente
me aleja de prisa
de ese áureo
mundo de ensueños.
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