Nubes grises

Se abren los pétalos
de una flor
en los verdes prados
de la esperanza
y tras la silenciosa
montaña
surge risueño
el sol.

Despiertan intactos
mis sentidos,
mi corazón
aún late
y se alegra...
.
Complacido
juega el niño
en jardines
matizados de verde
y son caballos
que galopan en el cielo
las amenazantes nubes grises
y el viento es benévolo, amigo...
De asombro brillan
sus ojos.
Bella y plácida
edad de la inocencia
de la fantasía
y la esperanza.
.
Bonitos recuerdos
afloran en mi mente
mientras miro al horizonte
el sol que se asoma
tras la montaña,
mi alma está turbada
mi corazón está triste
mientras en el cielo galopan
desafiantes nubes grises
y el viento amigo ya no es...

En silencio

Guardo en silencio
emociones latentes
de un amor tardío,

prisioneras en un alma

que tristemente sofoca

gritos y lamentos.

Guardo en mi mente

viejos recuerdos
desteñidos por el tiempo
y repentino aflora
el eco de un sussurro
que acaricida mis sentidos.

Llévame en tu corazón
abrázame con ternura
-con el pensamiento-
para que la ausencia no borre
la efímera ilusión
de amor eterno.

Maria

Maria perseguía
las golondrinas
mientras su pensamiento
se alzaba en vuelo
en las verdes praderas
de la inocencia.

Maria perseguía
sus sueños
mientras esperaba
que en su corazón
brotara el amor.

Maria
lo miraba embelesada
cuando vislumbraba
su rostro entre la gente
y su corazón palpitaba

de emoción.

Maria lo amava
en silencio...

Impetuosa
fuerza del amor
aprisionó su alma

para siempre,
desteñido
sueño delirante.

Ella luna, él sol
en eterna espera

de un encuentro
mientras las eufóricas
agujas del reloj

marcan el inexorable
el transcurrir del tiempo.

Maturín

Maturín, linda perla de Oriente
música, bailes, tierra caliente,
el Guarapiche serpentea a tus pies
abrasan tus tierras los rayos del sol.

Recuerdos lejanos pueblan mi mente
evoco mi infancia, mi vida de antaño
camino en tus vias, recorro tus plazas
recorro lugares que llevo en el alma.

Me acogiste niña un día lejano
lloraste mi ausencia años después
triste fue el día de mi partida
lágrimas mustias, miradas ausentes.

Una alegre canción resuena en mi mente
miro al cielo, contemplo la luna
la misma luna que alumbra tus noches
y arrulla los sueños de niños inquietos.

Un tímido avión surca los aires
tal vez su rumbo no llegue hasta ti,
mis sueños y anhelos se alzan en vuelo
sobrevuelan las blancas nubes del cielo.

Complacida recorro tus calles risueñas
busco amigos entre la gente
busco sin prisas, anhelo hallar
una sonrisa pintada en sus labios.

Calles desiertas, plazas durmientes
la gente descansa en sus hogares
el trinar de los pájaros a la mañana
te dirán que he venido tan sólo un instante.

Un día volveré sobre las alas del viento
recorreré ansiosa tus viejas calles
y buscaré complacida entre la gente
la sonrisa de amigos de los viejos tiempos.

Añoranzas

Te perdí hace tiempo
y no me resigno,

aún no...

porque el cielo aquel día
dejó de ser azul
y las estrellas
lloraron tu ausencia.

Lamentos taciturnos,

gritos desesperados
y lágrimas de fuego
rasgaron mi alma

y mi trémulo corazón

enamorado.
Encontrarte

y no tenerte
verte en fugaces
instantes borrosos
y sentirte mío.

Añoro esos tiempos
cuando tus pasos y los míos

recorrían el camino del amor

y he de vivir
entre sombras y delirios

hasta el fin de mis días,
eternamente
lejos de ti.

La danza de las golondrinas

Inquietas las golondrinas
danzan en mágico vuelo
vaporosas cándidas nubes
visten el cielo de otoño.

Rachas de viento húmedo
soplan entre las zarzas
y acarician las ramas
del viejo sauce jadeante.

El otoño llama a la puerta
caen las hojas del árbol
alineadas en grises alambres
las golondrinas en dulce espera.

El sutil tintineo en los vidrios
despierta mis sentidos dormidos
lentamente cae la lluvia
en los tejados, en tierra sedienta.

Vacíos los nidos de barro
ya no se escucha su leve trinar
ya no danzan las golondrinas
en el plomizo cielo de otoño.

Recorren desiertos y mares
vuelan a tierras distantes
danzan en mágico vuelo
en un cielo vestido de azul.

Divagar nocturno

En el patio friolento
danza inquieta
una hoja trémula.
Al claro de luna
el soplo ligero
de la brisa
la mece con dulzura.
Entre piedras blancas
y polvo ocre humedecido
un viejo árbol torcido
contempla risueño
las estrellas.
Quietud nocturna
entre las grises paredes
adormecidas
de la vieja casa,
sólo el latido de un corazón
y el jadeo convulso
entre sueños serenos y
pesadillas inquietantes.
Llegas en silencio
acaricias mi rostro
y con un beso apaciguas
mi alma turbada.

Anhelos

Quisiera rastrear
tus pasos
afferrar tus manos
y penetrar en los abismos
de tu corazón.

Quisiera susurrarte
palabras de amor
y contemplar extasiada
en tus ojos
la chispa de la pasión.

Quisiera correr libremente
en un flórido prado verde
entre amapolas rojas,
ondulantes tallos plateados
y doradas espigas de trigo.

Quisiera escuchar un te amo
susurrado dulcemente al oído
y caminar a tu lado
en el incierto sendero
de la vida.

Angel del Amor

Soledad que erige
muros de silencio
soledad que abruma
mi frágil corazón.
Invisible
muro de cristal
impenetrables
laberintos oscuros.
Angel del Amor
escucha mis
silenciosos lamentos
dibuja en mis labios
sonrisas risueñas
y en mi corazón
dulces notas de amor.

Una flor ajada

Entre las piedras del tiempo
al reparo del viento
bajo los rayos del sol
agoniza una flor...
Una noche de otoño
se adormeció en silencio
el jardinero
guardián de sus sueños.
Una flor ajada
sin gotas de lluvia
abúlica espera
ineludible muerte.
Se posan a tierra
sus pétalos mustios
un día brillantes
hoy deslucidos y opacos.
*
Todo muere,
todo se difumina
sólo recuerdos borrosos
en las telarañas del tiempo.

Sueños enroscados

El eco de lágrimas
taciturnas
sollozos con perfume
de melancolia,
en el corazón
una punzada de dolor.
Sueños enroscados
fragmentados y engullidos
por oscuras tinieblas.
Vacío y silencio
a mi alrededor
mientras
tus pasos sigilosos
traspasan
el umbral del olvido.

Renacerá la esperanza...

El 25 de Diciembre 2009 el río Serchio inunda una vasta área. Consternación y amargura en los corazones de la gente.

Una brecha en la tierra
inunda los ánimos,
transtorna la vida, la serenidad.

Gotas de lluvia, en el río henchido
irruentes cancelan sonrisas risueñas.
Húmedas paredes impregnadas de fango
amargura en el alma y consternación.

Tras la tormenta, el sol brillarà
renacerá la esperanza...