Caía la noche
cantavan los grillos
surgía la luna
brillavan los astros.
Sumiso llegaba
el son de un flautín
melódicas notas
nacidas del alma.
Un joven amante
alegre entonaba
canciones risueñas
promesas de amor.
Enmudecían los grillos
escuchando las notas
dichosa la amada
escuchando encantada.
La esperó en silencio
la esperó impaciente
su corazón palpitaba
de amor sincero.
En las alas del viento
sin prisas, sin ansias
la hermosa novia
llegó radiante.
Susurros callados
un beso inocente
los dos amantes
vibraban de amor.
Brillaban los astros
en un cielo añil
y la mágica luna
observava silente.
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